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viernes, 14 de junio de 2013

Disfruta perdonando. Dios está en tu corazón


Muchas veces le decimos a los niños que se perdonen entre ellos por algún capricho, aunque ellos lo vean como un problema muy grande, e incluso cuando el supuesto problema lo formará uno solo y nosotros lo vemos insignificante, aunque nos podamos poner en el lugar de ellos, incluso le pedimos que se den un abrazo o un beso y siguen jugando y diviertiendose juntos, eso es perdón.

Según vamos creciendo y acumulando cosas negativas, se pierden muchas cosas positivas. Cuantas veces se nos cae algo de las manos o de la mesa y por los motivos que sea molesta a alguien, o se mancha y cuesta decir perdón, o simplemente ni se te pasa por la idea, se da por perdonado, fue sin querer hacerlo, pues no, uno debe de sentir el perdón aunque te lo calles, siéntelo o discúlpate aunque sea en tu interior, reconoce el error, tan sencillo y valioso a la vez, eso también es perdón.

El perdón y el amor están unidos de la mano. El perdón es la puerta que te da paso hacia los demás, hay que sentirlo con ganas y voluntad, desear enviar amor, felicidad a quien te daña, deseos favorables a todo tu entorno, deseos de libertad de esos sentimientos, emociones, sensaciones inferiores al amor que hay en el interior de cada uno.

Se siente paz y armonía en el interior, uno también siente ese perdón, todos cometemos errores, uno es capaz de perdonar todo lo que se proponga, hasta de llegar a agradecer por esas enseñanzas que se presentan en el camino, lograr vencerlos a pesar de la ignorancia. Ver, entender las circunstancias del entorno, de porque se actúa de una manera determinada, sin sentido alguno, llenándose de pensamientos negativos, malestares innecesarios. Se ve la verdad de cada uno, aún siendo verdades diferentes: Su verdad, la verda de los demás y tu verdad. Todos somos iguales y la densidad de los sufrimientos o amor es igual para todos, aunque cada unidad le afecte, lo viva, lo distribuya de diferente manera.

El perdón eleva el amor
El amor perdona los errores y borra los problemas.
Dios lo ve todo, es conocedor de tu armonía y tu fe.
El amor no tiene medida. Dios está contigo.