En invierno las flores guardan escondido en su corazón la semilla del amor,
alimentándolo y protegiéndolo de aquellos temporales que el invierno puede provocar.
La flor en busca de la luz llena de paz, fe y esperanza, en primavera los días crecen.
Con llantos de felicidad interior brota desprendiendo sus lágrimas,
Creciendo hacia la luz, da brillo a sus colores y esparce su perfume en el viento.
En verano a la luz del sol, todo aquello que ha sido guardado y protegido
se convierte en amor, lo que hay en lo más profundo del corazón de la flor.
En otoño se renueva siendo alimentada la semilla de la flor
por la felicidad del amor, que ha producido su amor.
La semilla está en el interior de la flor, su único traje es el amor.
La flor guarda año tras año
lo que el amor en la semilla ha plantado.
Milagros del amor en una flor.