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jueves, 17 de abril de 2014

Amor a un Padre

De niña cuando te buscaba
en aquellos días de invierno 
que cantando te encontraba,
me recibías sonriendo 
 y con tu dulce mirada.
No solo a ti te amaba Padre,
mi amor abrazaba,
todo lo que en ti destacaba.
Mientras las lagrimas 
se deslizan por mi rostro
y la vista se me nubla,
no expreso tristeza Padre,
expreso amor y alegría,
por estar en lo cierto
de amar a ese Padre,
que con carácter y firmeza
con gran corazón caminaba,
toda frase que expresaba,
la transparencia 
lo decía su dulce mirada.
Estabas en lo cierto Padre,
Tu amor y tu transparente mirada
yo la buscaba.


Sentía tu amor y alegría, también tu tristeza y dolor.
Con tu dulce y transparente mirada, que yo admiraba, luz me dabas.
Me enseñaste como los ojos hablan y que dicen detrás de la mirada.
Con tu transparencia me enseñaste, que el amor todo perdonaba.
Con tu corazón me confirmaste, que con dar y dar siempre lleno estaba.
Con tus palabras aprendí, a comprender y valorar,
la importancia de la verdad de la palabra .Firmas no exigías tu palabra bastaba.
En la soledad cantabas, todos sabían donde estabas,
esparciendo alegrías que de tu corazón salia.
A tu madre admirabas y mimabas, siempre pendiente de ella estabas,
era el reflejo que a todos nos dabas, nos enseñaste a amarle como tu la amabas.
el amor a la madre en ti el amor reflejaba.
Tus manos me enseñaron, que solo con amor todos podemos hacer de todo,
siempre lo mostrabas, todo lo que hacías, solo el amor en ti mandaba.
Tus brazos me enseñaron que el amor toda seguridad daba,
muchos te buscaban para el rio cruzar y tu sin rechistar
tus brazos prestabas, el amor te empujaba.
Cuando a todos reunías, familiares y amigos días cualquiera o señalados
reír, cantar, jugar o bailar, firme y sonriente, tu rostro decía
que lazos de amor expandías.
Te buscaban mayores y niños a todos escuchabas y tranquilizabas,
situaciones solucionabas, aunque ignorabas el bien que aportabas.
Tus puertas abiertas, tu casa prestabas, con todos compartías y celebrabas,
tu corazón se llenaba, todos diferentes pero iguales.
A los animales más pequeños, eran a los que tu más cuidabas,
a lo descubierto entre las abejas, podando las flores caminabas,
tu confianza y gran amistad les dabas.
En tu silencio en la naturaleza entre aquellos campos y árboles,
que de todas sus ramas cuidabas, pude sentir como a la naturaleza escuchabas,
y con tu mirada mimos le dabas, la sabiduría de la naturaleza,
el amor que le dabas a través de ti se expresaba y de paz te llenaba.
Gracias por todo lo que hacías, me enseñaste y compartías,
tanta belleza y sabiduría, que a través del amor transmitías.