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martes, 9 de julio de 2013

Riquezas

Ninguna posesion lleva a la felicidad
Estamos viviendo en un sistema de adoración al dinero acumulando posesiones, bienes, materiales valorando al ser humano por el dinero, llegando de este modo a la llamada crisis que llega más allá de la pobreza y perdiendo lo más importante del ser humano: su ALMA. Creciendo la humanidad sin ningún tipo de ilusión, llenos de frustaciones y engaños, separándolos cada vez más del amor, que es lo que realmente más necesita la humanidad.
Regala amor por donde vas de amor te llenarás.

El prójimo no existe

Son innumerables las tentaciones que las energías negativas puedan efrecerte. Cualquier debilidad que tengas o ellos mismos te la provocan o a través de otros seres para que caigas, provocándote miedos, engaños, mentiras, odio, rabia, celos, avaricia, lujuria, el qué dirán, herramientas que utilizan los seres espirituales negativos para que tú pienses y actúes mal. Te estás haciendo daño a ti y a tu entorno, todo es energía. De esto surgen enfermedades sean físicas o espirituales, guerras entre pueblos, familias, ciudades, todo tipo de deterioros. No seas ignorante, no seas cómplice, niégate a escucharlo, pon el amor en primer plano, llévalo a la práctica hacia ti y hacia los demás, ámate a ti y al prójimo pues el prójimo forma parte de ti también. Todos formamos uno, mírale la parte positiva al prójimo porque todos la tienen. Los seres negativos son conocedores de tu camino. El prójimo es una situación acoplada a la tuya y a la inversa para no dejarte avanzar. Son seres humanos atacados por seres negativos al igual que tú. Todos somos iguales y uno al mismo tiempo.
A Dios gracias que cada día en medio de tanta oscuridad la humanidad sa va despertando y entrando más en el mundo espiritual.



Acumulen tesoros en el cielo
No acumulen tesoros en la tierra donde la polilla y la herrumbre los consume (estos elementos causan corrupción, erosión, destrución). Acumulen en cambio tesoros en el cielo (no perder de vista los aspectos espirituales). Allí donde esté tu tesoro estará también tu corazón. Para atesorar en el cielo hay que tener allí el corazón allí está el corazón de Dios, el verdadero tesoro.